El tiempo te trajo
una cara cansada
me pasó un invierno
mendigando recuerdos
de cuando amábamos
nuestras manos
pero el tiempo te amó más
te cobró de mi deuda
te fuiste yendo
plumón en el viento
el amanecer de enero
nos descubre ajenos
el sol de verano
un domingo desierto
flores de plástico
y un cenicero
pechos de lápida
gestos de entierro
esquivando miradas
buscando aquél cielo
y tus manos templadas
tus ojos de loza
la cárcel más hermosa
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