jueves, 13 de octubre de 2011

Discurso de un patético.

Me estremece la textura de la cuchilla
abrasando tu piel,
tersa como las nubes en primavera,
suave, algodonada.
La cuchilla finísima, helada.

No puedo imaginarla,
y tu esperanza se estremece más
mirando fijo a la nada
Ella lo advierte: es infundada.
Y yo con mis objeciones
no puedo dejar de evitar
esa pulsión que me lleva
que me empuja siniestra
a esa boca tuya
a ese gesto tuyo
que lejos me hace nulo
flaco y sin sentido
sin razón, sin alivio.

esos rincones que me acorralan
abismos que me arranca quejidos
gemidos de animal herido
dictando sentencia
culpable de mi propia carencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario