jueves, 22 de diciembre de 2011

Duelo, Ofrenda, Vergüenza.

El día está oscuro
¿será noche?
está negro como el oro
pero la noche es más fría...
y callada
y espaciosa

Un grano de arena
cada hora pensándote
y lleno el horizonte
de castillos de arena
de castillos siniestros
con muros de piedra
con pasillos de pena
con ventanas de lluvia...
en la costa del mar,
de mis murmullos

El agua no pudo estar
nunca más negra
y no fue suficiente
no ahogó aún al niño
pero ya tomo su color
y ya sepultamos los ojos
huimos todos
tras los témpanos rojos.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Un mundo.

La caverna,
el homo sentado.

Todo está ahí,
tan calmo,
tan alicaído y susurrante.

El mundo reptando lento,
cochambrosa pila
de indómito estigma.

Basto de alegrías,
de ponzoña,
de afanes y agonías.

Un mundo copado
repleto y harto
la popa: hundida
las velas: trizas.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Insepulto

Al hombre muerto
le sobra los codos
le sobran las manos y los ojos
al hombre muerto 
le sobran amigos, 
besos, mentiras, abrigos.

Se harta en llantos y gritos
¡le sorban lágrimas!
¿para qué quiere 
un hombre muerto 
sus lágrimas?
¿y su pena? 
¿de qué le sirve?
¿por qué necesita
un hombre difunto 
la palabra divina?

Los hombres tiesos
no necesitan zapatos ni cajones.

Amigos y fantoches:
dejen mi cadáver desnudo en la tierra
árido escombro gris y podrido
en la tierra mojada y negra
después de la fría lluvia de julio.

Todo a tiempo en su lugar
cuando terminan los días
no rosas de muerte ni de alegría
las rosas ya no significan.

domingo, 18 de diciembre de 2011

No habrá soneto.

Llevo siempre conmigo mi veneno
los dioses cantan las drogas, el dolor;
las flores negras, fuego que despierto;
las rosas blancas que no verán el sol.

Y nunca son los huesos lo que temo,
ni los gritos negros, sólo el olor
y la voz cerrada de hombre muerto,
bajo el jardín, en su propio horror.


Me aterra, en mi pecho turbado
y una lluvia desquicia mis penumbras,
es el llanto de un hombre malvado,

pero en tus ojos tristes platinados;
que extinguen mi sombra, me alumbran;
nunca habrá futuro ni pasado.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Eran

Oíste un estruendo
y luego un rumor
escarpado por el suelo.
Como un zumbido negro
un bramido a lo lejos
eran mis manos
mis palabras
derrumbando espejos.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Lo Cogitante.

No sé si reptil o invertebrado,
pero una cosa dura me recubre.
Costra, caparazón o escama.
Aunque viscosa, y no encaja,
árida, y no me la explico.
Pensándolo bien,
aunque es relativo,
he de ser un reptil
o un extraño mamífero costroso...
al fin y al cabo rastrero.
En todo caso no soy
un Gregorio pusilánime,
y no me quiero explicar
el problema de base,
se pierde naturalidad,
nadie entrevista engendros ni criaturas.
¿Quién teme un monstruo argumentado?