lunes, 24 de febrero de 2014

Océano marrón.

Caminan, se desplazan
son impulsados por la pereza
se emborrachan y se masturban a las 8 de la mañana
la cocaína, y no pueden dormir
ellos, allá, con las manchas en las nalgas
y yo que preparo los cuchillos
que deseo el aroma y el fuego
comiendo lo mismo, siempre
lamiendo todavía los rincones de la caja
atesorando la mugre
malgastando una pobreza abundante y obesa
olfateando con cuidado
viendo de a ratos una porno que paridia el pesebre
comiendo con las manos
chupando una pija, qué sorpresa
siempre desoyendo mis buenas intuiciones
siempre apuñalando a las putas de mala manera
nunca soy yo el que debería estar disparando a la multitud
siempre es un mal día para querer cosas horribles
tengo dos omóplatos inútiles
la esperanza es una palabra cómica
una palabra con olor a la diarrea negra
esa que me da cuando me alimento sólo de café por 4 días
y ellos allá, gritando, los escucho toda la noche
son imbéciles
fantaseo todo el tiempo con asesinarlos
con violarlos
con comérmelos
me cagan a trompadas las ganas de cortarles las manos
las ganas de cagarles en el pecho
y me calmo, o me distraigo
nací a los 8 meses de gestación
gritando muy fuerte
sólo porque algún estúpido fue demasiado entusiasta
supongo que no tuve
la mejor vida intrauterina.

jueves, 13 de febrero de 2014

El gas

No sé en qué momento se abren los ojos
pero despierto, aparatoso, carne golpeando hierros
algo afuera tiene la fuerza suficiente
como para hacer que me ponga en dos pies
será una obligación, un deseo
u otra mujer que no,
será que me chantajean, me lo ordenan, me llaman y me lo prohíben
le muestro un cariño ambiguo a la mañana
que no es amigable, el invierno taladra
me pongo pantalones, muy a mi pesar
todo es plomo
agua, café, peinar
me cuelgo la cámara
y salgo al hielo en el tacto
a la mierda de ignotos caballos en el asfalto
el viento con humo, y el gas que nos quiere matar
¡el gas nos quiere matar! ¡a esta hora! ¡es un hijo de puta!
camino lento porque no quiero
y me miran los perros, me ladran, puteo, miro a los dueño
me soplo las manos caminando ruido de la escarcha
y me distraigo con el vapor
que dejo salir fantaseando muerte y que se escapa la psique
se me antojan paralelos la bruma y mi temperamento
que va más de mala gana que de cansancio
y me caigo al suelo
respiro cerca del hormigón el aire más limpio que encontré jamás
y me quedo.