Esa melodía, grumosa y pesada
me cae encima, me aplaca
cada nota un clavo
en mi cueyo enterrado
cada momento pesa más
un cuarto sin ventanas
otra realidad
una versión empeorada
de la verdad cuadriculada
el aire se me escapa
me atosiga el humo
que ahora se eleva, sube
me deja abajo, me hunde
pulso constante
un autómata andante
soy una maquina
un aparato parlante.
me seco, me pongo hueco
se nos caen las escamas
nos mataros un vez, esa mañana
por mirar el techo entre las sabanas
ya estamos fríos, muertos
bajo el césped y las flores
y los niños que juegan
y los niños que corren.
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