miércoles, 17 de agosto de 2011

Lo peor que pude.

No hay nada que explicar,
liza y llanamente me regodeo.
La cuidad nunca está a obscuras
aunque no veas qué le veo.

un día más
entre veredas y baldíos,
una noche de hastío,
llena de vacío,
harta de vicio.
El más total y completo
desperdicio

Cuando las aves canten
será ya muy tarde
cielo gris y claridad que arde
bruma de esta mañana
entrando por la ventana.

Y llega una vez más
para salvar el día.
El hombre invencible,
el hombre de vidrio.
El hombre inmortal
había enloquecido.

Parezco desconcertado.
Me siento desconocido
más que nunca quiero
arruinar algo divino.

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