lunes, 22 de agosto de 2011

humano el titan.

Hay un ejercito de palabras queriendo salir de mis dedos, de mis yemas, queriendo llagarme para siempre el anhelo. Palabras brotan de mis úlceras, pequeños tajos en mis ojos derraman más vocablos y más me abro. El impulso ciego de destruirlas una por una. Una multitud hierve en mi cerebro -la estampida-.  Podría encontrar un millardo de palabras, y destruidas, cubrirían el universo conocido. Podría ser un monstruo, una aberración literata, una bestia que gimiendo enfermo, pulveriza el hueso en las teclas, estalla las plumas, mis dientes colapsa, los vasos llena de sangre en mi cerebro. Una luz despiadada me arranca el aliento, me somete, recuerdo, se detiene el trote brutal de mis dedos, los dedos de locomotora entre tinta y sangre. No es justo, no es justo el infinito, deben existir palabras, una por cada suspiro.

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