viernes, 23 de septiembre de 2011

Geografía Ocular.

El fetiche te lame los pies y el sudor,
los ojos te mojan arcadas de pudor.

Quiero que alguien se atreva ahora mismo
a decir en mi cara que esto no es un abismo

¿qué más quisiera yo que ser lo que aborrezco?
¿y qué puedo hacer si no lo merezco?

Algo que gira sobre mi cabeza,
un sol que no importa, un dios fútil de belleza.

Una hermosa dama inútil para mis manos,
mis dedos no la explican, ni mis ojos mundanos.

Los míos son los días grises y la luz de la luna,
las horas primeras y nefastas de la bruma.

Caminar el traqueteo de mis huesos maltrechos
boca arriba las noche velando en mi lecho.

La llovizna fina, helada, en la ciudad te engaña,
extrañado, enrarecido, Montevideo es pura entraña.

Los gigantes de metal siempre se mecen, no se van,
los obreros agrisados, rompen, golpean, beben más.

El tipo triste, fúnebre de mil noche que dolían,
inexperto, torpe, acorralado a la luz del día.

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