Era otro aquel
era yo mirándote
corriendo tras mi parietal
corriendo para saltar
de mis ojos a los tuyos
de gritos que dan lo fulgurante
a las estrellas que salpican
tus labios flama fascinante
y si de pronto en tus ojos
una agitación de tus lágrimas
colisión en mis párpados
un quebrarse...
y sangrar agua salada.
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