viernes, 20 de julio de 2012
A la esperanza.
Hay que darle espacio al azar en la conciencia, ¿nuestra vida es todo lo que hacemos? no, no podrías explicar ni siquiera tus meñiques con esa fantochada, no acabas de decidir el universo, en todo caso: no entiendo porque las personas se ven todo el tiempo como si estuviesen fuera del mundo, como si fuesen espectadores, voces en off, un puto dios en calzoncillos y pantuflas que fuma mientras nos mutila en la pantalla de su gameboy. Cómo podríamos decidir algo ajeno al mundo, sea justicia, verdad o bien, no hay forma, no existen tales cosas, no hay cosa humana que no sea un artificio, ¿pensar sobre el mundo como si fuese un lienzo? eso sólo lo puede pronunciar un pintor disléxico con problemas para quedarse callado mientras vende sus pinturas. Voy a que no se puede morir así tan decididamente, esa no es la vida que llevas, o no se la puede percibir así, no si se la intenta entender o llevar en alguna dirección (a fornicar sobre la mesa de la cocina, al lado del pan duro que ayer no pudiste comer porque la resaca era increíble), y tampoco es que se puedan realizar alguna de éstas dos cosas. No se puede vivir como si pudiésemos saber algo realmente verdadero y como si todo fuese infinitamente valioso ni sagrado, sin embargo, muchos parecen embriagarse con la idea de morir así, antes de apagarse. Así es que vivir parece tener algo más que ver con construir que sólo con presenciar... ¿Realmente no ven que no son Adán ni Eva, que ya millones de generaciones humanas construyeron todo lo que sus conciencias pudiesen intentar tantear con las yemas de los dedos? No ven que no se construye sin ser construido, sin haber sido construido ni siquiera sin reconstruirse ¿Nunca se percataron de cuántas veces la humanidad se ha tirado al suelo para volver desde los cimientos a construirse, y volver a fracasar...?
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