Perdido en ese punto del abismo.
Soy una gárgola de mármol
cubierta de musgo frío y ocre.
Clavada en un lugar inalcanzable,
irrecuperable.
El tiempo es un gemido
que se precipita iridiscente.
Soy una estaca en este,
mi páramo desolado,
soy un punto en el abismo ardiente
de la vida que va y no vuelve.
Soy más que un montón de polvo
y menos que alguien que no pidió permiso.
Hoy vengo de la masacre de mis sueños
justo a este punto a respirar
aire ahogado y desabrido.
Soy como el hombre serio
que camina recto,
que a la orca va,
soy como el lento
que no quier llegar.
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