miércoles, 4 de agosto de 2010
Los Beatles mintieron.
-Te amo- dije suavemente, ajena me miraste, sin decir una palabra sacaste de tu bolsillo un cuchillo furioso, y lo enterraste, de un solo movimiento y sin titubear, a un costado de mi ombligo, ligeramente más arriba, lo giraste, como para encender mi agonía, frunciste el ceño, yo no logre mover un musculo, temblaban mis manos de dolor, mi boca abierta, como si mi ultimo aliento se escapara, mis ojos te preguntaban ¿por qué? sacaste el cuchillo y la sangre callo en tres gotas que golpearon consecutivamente en la misma baldosa, mis manos se movieron en vano, antes de lograr poner mis dedos en la herida me desvanecí, mi rostro inconmovible callo al suelo, el fin.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
joo jaa que bueno.
ResponderEliminar