lunes, 9 de agosto de 2010

Flor

Tus ojos resplandecieron
tu cara, roja de frío,
dijo mucho sin usar palabra alguna,
tomaste el bonito cadáver de mi mano extendida.

Oliste delicadamente ilusionada su dulce aroma,
sonreíste,
y volviste a brillar para mis ojos.

Acariciaste lentamente los pétalos muertos.

Mirándome a los ojos...
te fuiste,
contenta te perdiste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario