lunes, 19 de diciembre de 2011

Insepulto

Al hombre muerto
le sobra los codos
le sobran las manos y los ojos
al hombre muerto 
le sobran amigos, 
besos, mentiras, abrigos.

Se harta en llantos y gritos
¡le sorban lágrimas!
¿para qué quiere 
un hombre muerto 
sus lágrimas?
¿y su pena? 
¿de qué le sirve?
¿por qué necesita
un hombre difunto 
la palabra divina?

Los hombres tiesos
no necesitan zapatos ni cajones.

Amigos y fantoches:
dejen mi cadáver desnudo en la tierra
árido escombro gris y podrido
en la tierra mojada y negra
después de la fría lluvia de julio.

Todo a tiempo en su lugar
cuando terminan los días
no rosas de muerte ni de alegría
las rosas ya no significan.

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