explotan los sonidos
gimen, rebotan
el estruendo
se agita el universo
atónito, no entiendo
la estridente agonía de un segundo
y su muerte
que da paso al siguiente
uno tras otro
y el rumor del tiempo que corre
y se desploma crece
y se hace zumbido
que aturde mi alma estupefacta
y en el preciso centro
ínfima, ajena
fresca y nueva
nace una flor hermosa
clara... una rosa.
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