Destilando bronca, como una maquina,
constante, imparable, nefasto.
Me queda mucho en el tintero...
toda una vida preso en el tintero...
agujero de los malditos, de los condenados,
se pierden ahí los anhelos...
perfecto ejemplo de ambigüedad,
donde los sueños toman forma,
también hayan su final.
Recuerdo cuando el brillo de tu rostro cambió,
no cambió tu rostro, solo su brillo cambió.
Todo termina siendo cuestión de rachas...
estamos condenados a la vida,
condenados a mecernos en su incertidumbre...
pero un día,
la vida es clara, suave y explosiva
como al llegar la primavera,
la oportunidad,
el gran instante de entrega...
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