Esta vida es un calabozo,
un poso profundo,
olvidado y mohoso,
un celda de puertas abiertas,
el techo celeste,
el suelo la tierra,
todos en trance,
los muros hipnóticos
tragan lucidez,
las mentes se pierden en él,
el aire encerrado
no corre,
la mente encerrada
no opina,
los cuerpos fríos
de ánimo calmado
se hacen parte del muro,
y ya no hay rejas,
los muros atrapan,
no hay contra que romper,
somos el muro que nos encierra,
no hay escape,
no hay nada ahí dentro,
solo cuerpos muertos,
nadie corre a las puertas,
abiertas de par en par.
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