martes, 4 de noviembre de 2014

Estaba mirando la huella de mierda de gato que dejé en el suelo, y entendí que ese edificio tenía más de cien años.

¿Esto ya existe por 50 años más?
¿Este edificio es -en realidad-
Tanto más trascendente
Que mi dentadura completa?

¿Qué voy a ser yo mañana?
El año pasado
Me van a ver levantando
Un muro de mierda muy alto...
El mes que viene podría ser el negro.

Ahora esa mujer nueva ya no me soporta.
Y hoy hablar de la vejez
ya es como de amanecer drogados
-muy duros,
a las 11 de la mañana,
diciendo que te amo-.

¿A dónde iba esta carne
En una hora?
No, ningún mes viene,
Vengo de 1967
y no pienso desayunar este martes.

Lo que sí pienso
Es conseguirme un homicidio.
Lograrlo como un listón,
La última medalla,
Otra medalla.

Y pienso mucho en cogerte mucho
Pienso en que me pegues fuerte
Una sola piña en la boca
Y me entierres la verga que soñaste.

Por lo pronto
En un par de semanas
Espero comer otro kilo de tierra
Respirando el aire frío
Que se junta de noche
Entre la cama y el piso.

Pero hoy estoy borracho con estos amigos.
No adivino a dónde van
-Ahora-
Todos estos pies atados con cables.
Quién los llamará,
Serán otra vez guturales
de vagina joven.

Y me quedo eterno mirando al gato
Que se come a pedazos
Un ratón gris bonito,
Y después un pájaro.

Sigo sin adivinar, asustado,
Quién invitará el semen.
A dónde tendríamos que ir.
Por qué tan rápido.

Pero si nunca estamos peinados,
Es porque la muerte
nos viene a coger dormidos.

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